La adolescencia es una etapa de transición llena de cambios y experiencias novedosas que suponen retos para los hijos, los padres y la relación entre ambos. Entre estos cambios ocurre la maduración física, maduración psicológica, aparición de la sexualidad, transición a la secundaria, cambios en las amistades y en patrones de relación. Esto conlleva que los adolescentes adquieran nuevas responsabilidades y luchen por conseguir privilegios para lograr adaptarse al entorno. La lucha puede resultar estresante para los adolescentes y la familia, deteriorándose la comunicación y la relación familiar.
Todos estos cambios son fuentes de estrés que en ocasiones pueden sobrepasar al adolescente creándole malestar y propiciando la aparición de psicopatología, que en ocasiones pasa desapercibida a los familiares.
Para prevenir el desarrollo de psicopatología y asegurar el mejor desarrollo psicológico es importante conseguir una correcta adaptación a este proceso de cambio, mantener las relaciones y la comunicación familiar.
Estos son algunos signos que alertan de que algo va mal en el adolescente:
La intervención se centra en lograr un acercamiento sano al adolescente, detectar y abordar la psicopatología que presente, ayudarle a conseguir las metas que se proponga y mejorar la comunicación familiar.
Financiado por el Programa Kit Digital. Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de España «Next Generation EU».